Las heladerías son uno de los secretos mejor guardados de Italia, sirviendo gelato artesanal a una fiel clientela desde pequeñas furgonetas ambulantes, puestos en mercados o acogedoras tiendas en las calles de cada ciudad. Detrás de su sencilla fachada, se esconde la magia de una gran variedad de gelatos, granizados y sorbetes, con sabores que reflejan las estaciones del año y combinaciones innovadoras creadas por sus maestros heladeros.

Los italianos disfrutan el gelato en cono o tarrina, con sabores clásicos como vainilla y avellana, pero también con opciones más audaces y exóticas. Algunas heladerías se hacen famosas por especialidades únicas, como la cassata siciliana con pistacho y fruta confitada, el tartufo de vainilla cubierto de chocolate negro o el limoncini alla crema, un homenaje a los intensos limones de la costa amalfitana.

Las heladerías son parte esencial de la vida italiana, muchas de ellas abiertas hasta tarde, convirtiéndose en una parada obligada en los paseos nocturnos. En Al Pomodoro, llevamos esta tradición a otro nivel con una selección de gelatos que incluyen sabores clásicos y creaciones innovadoras como fresa con pimienta o chocolate intenso, siempre elaborados con ingredientes frescos y de temporada.

El mejor gelato es siempre el de producción propia, elaborado con ingredientes frescos y de temporada, como las naranjas rojas sicilianas en invierno o los duraznos maduros en verano. Porque el auténtico gelato italiano es más que un postre, es una experiencia que captura el verdadero sabor de Italia.